Esta residencia se integra en armonía en un entorno boscoso mediterráneo, en diálogo constante con la naturaleza que la rodea.
El proyecto se caracteriza por una geometría depurada y una estructura rítmica de arcos que evocan una elegancia atemporal. Las generosas aberturas y el uso del vidrio permiten que la luz natural inunde los espacios interiores, creando una atmósfera serena y contemplativa.
Los materiales, como el hormigón pulido y la piedra natural, aportan calidez y una continuidad visual con el exterior.
El juego de reflejos en la lámina de agua y la integración del arbolado existente refuerzan la conexión con el entorno y potencian la experiencia sensorial de la vivienda.
Este proyecto expresa nuestra visión de una arquitectura que no impone, sino que acompaña, respetuosa con el lugar y pensada para ser habitada con calma.