El proceso constructivo comenzó con la deconstrucción, retirando los forjados deteriorados y conservando las rasillas cerámicas. Se protegieron los muros originales antes de iniciar la consolidación estructural, basada en una estructura ligera de madera que optimiza la luz entre apoyos. La fachada se sanea dejando el adobe a la vista, resaltando la materialidad original. Las carpinterías se reponen en su posición interior, replicando las originales pero incorporando vidrio doble. Finalmente, se asegura la estanqueidad del volumen mediante una nueva cubierta con estructura de madera y acabado en teja árabe, respetando la esencia constructiva del conjunto.